¿Te pasa que dejás cosas importantes para último momento? ¿Posponés tomar decisiones o empezar actividades que requieren de tu compromiso como el autocuidado?
Recientemente finalicé mi formación como coach somático☘️ con Cecilia Jalfin y aprendí muchísimo sobre las respuestas de supervivencia del sistema nervioso tal como la procrastinación que es, en realidad, una manifestación de un sistema nervioso desregulado.😵💫
La procrastinación es una respuesta autonómica e inconsciente que puede deberse a diversos factores, como el miedo al fracaso, la falta de motivación, la sensación de agobio o la falta de seguridad interna.
Cuando estamos estresadas, se activa el sistema simpático o modo lucha o huída, lo que dificulta la concentración, el foco, la planificación y la acción intencionada! La activación del sistema parasimpático (descanso, digestión y calma) queda bloqueada y aunque queremos accionar, nuestro sistema nervioso neurocepta peligro y nos impide avanzar.😩
La procrastinación es una forma de evitar enfrentar la incomodidad que puede surgir al intentar realizar tareas que “percibimos” como abrumadoras o que requieren de nuestro compromiso. A veces, las personas pueden sentirse paralizadas por la ansiedad, el miedo o la vergüenza y quedan atrapadas y estancadas en estados desregulados del cual no pueden salir.
En cualquier caso, lo mejor que podemos hacer es amigarnos con nuestro sistema nervioso porque solo está tratando de protegernos! 🙌
Además, la buena noticia es que PODEMOS SUPERAR LA PROCRASTINACIÓN! Nuestro cerebro es maleable y podemos reprogramar cada uno de nuestros comportamientos y lograr nuestras metas con facilidad y tranquilidad. Pero para eso, necesitamos reconocer estas respuestas para poder cambiar.
¿Cómo desactivar la procrastinación?
1- Prestar atención y darnos cuenta para poder romper el “loop” del estancamiento. La práctica de mindfulness nos ayuda a tomar consciencia para reconocer y validar lo que nos pasa.
2- Establecer objetivos o metas claras y simples con pasos pequeños y manejables para no abrumarnos.
3- Ser amables y compasivas cuando se siente como un “no puedo”. Practicar la autocompasión es un gran antidoto frente a la autocrítica.
Espero que te sirva y si querés, dejame en comentarios como te llevás con este tema! Hay alguna otra estrategia que te ayude a superarla?
Muchas Gracias, Karina! Me pasa con mi digestión, lenta o sentir un nudo en el estómago (como decimos vulgarmente). Tengo que ponerme a trabajar en esto.
de nada! me alegro que te haya servido para darte cuenta y poder ver cómo trabajarlo.