¿Cuál es la diferencia entre la ansiedad y el estrés?

Esta pregunta me la hacen mucho y hoy quiero dejar una entrada de blog con ésta información porque me parece fundamental.

Quiero aclarar que no soy médica, ni psicoterapeuta. Soy educadora e instructora de mindfulness, informada en el trauma y lo que te voy a compartir aquí se basa en los recursos y conocimientos sobre el sistema nervioso que vengo investigando hace varios años y que me han ayudado en mi propio camino de crecimiento personal.

Aclarado esto, aquí va mi respuesta.🤗

Primero, la ansiedad es una emoción y el estrés no. La ansiedad es una emoción pasajera, totalmente válida y de poca duración (90 segundos) a menos que se siga alimentando con pensamientos rumiantes.

Es la emoción que puedo sentir mientras espero en línea para poder comprar las entradas para Taylor Swift que me pidió mi hija y que se agotan rápido, se entiende?

Sin embargo, hay una gran diferencia entre la emoción de ansiedad y la ansiedad que se convierte en un estado de estrés crónico.

Viendolo desde la perspectiva del sistema nervioso autónomo, el estado de ansiedad es una respuesta fisiológica. Es estrés acumulado en el cuerpo, sin procesar, que quedó atrapado en el sistema simpático (modo lucha /huida) y que surge a veces de forma inesperada.

La ansiedad es estrés de supervivencia y se manifiesta a través de sensaciones y sentimientos intensos como el miedo o la ira. También se puede sentir en el cuerpo como un retorcijón de panza, un nudo en la garganta o la aceleración de los latidos del corazón. La ansiedad también se produce cuando no expresamos libremente lo que sentimos, es decir, reprimimos las emociones.

¿Cómo podemos salir de la ansiedad para evitar el estrés crónico?

Los pasos que tenemos que seguir es primero psicoeducación, luego es desarrollar la capacidad del sistema nervioso para elevar la consciencia a nivel corporal.A través de prácticas de mindfulness y ejercicios somáticos de reconexión con el cuerpo se puede aprender a construir la capacidad de estar con las sensaciones y las emociones intensas de forma progresiva.

El estrés es inevitable, la clave es cómo nos relacionamos con ese estrés, cuáles son nuestros patrones aprendidos que condicionan la respuesa al estrés. El estrés tampoco es malo, la ansiedad no es mala, es una emoción más. Quizás lo malo de la ansiedad es no querer sentirla y así comenzamos a acumular esa energía en el cuerpo que luego tiene que explotar como un volcán.

Es necesario incorporar herramientas para recuperarnos más fácilmente de las situaciones estresantes y no perpetuar estos estados que nos llevan a agotarnos y a enfermarnos.

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