Pasaron las primeras semanas del Nuevo Año y me tomé mi tiempo para sentir esa transición en el cuerpo, percibiendo en mí un anhelo profundo, una esperanza sabia y optimista.
Cuando inicia un nuevo año uno pone demasiadas expectativas de cambio especialmente luego de un 2020 radicalmente difícil. Las expectativas son creencias que tenemos de cómo algo será en el futuro. Por lo general, solemos apegarnos demasiado a nuestras expectativas y nos sentirnos profundamente desilusionados cuando no se cumplen.
Uno de los fundamentos de mindfulness es Soltar, que podríamos decir, es lo opuesto a tener expectativas sobre algo que de alguna manera me apega al control. Cuando soltamos dejamos que las cosas sean como son y las aceptamos así. Se trata de tener coraje y ecuanimidad para transitar lo desconocido. No es resignarse pero tampoco es un optimismo ciego.
Hoy me animo a abrazar este nuevo tiempo y les comparto este poema de Safire Rose que habla de soltar y simplemente estar receptivos a la vida tal cual es, y confiar en que las cosas saldrán bien.
Ella soltó.
Sin un pensamiento o una palabra, ella soltó.
Soltó el miedo. Soltó los juicios.
Soltó la confluencia de opiniones pululando alrededor de su cabeza.
Soltó el comité de la indecisión en su interior.
Soltó todas las razones “correctas”.
Total y completamente, sin dudas ni preocupaciones, ella simplemente soltó.
Ella no le pidió a nadie consejo.
Ella no leyó un libro sobre cómo dejar ir … Ella no buscó en las escrituras.
Ella sólo soltó.Ella soltó todos los recuerdos que la detenían.
Ella soltó toda la ansiedad que le impedía avanzar.
Ella soltó la planificación y todos los cálculos sobre cómo hacerlo perfectamente.
Ella no prometió dejar ir.
No escribió en su diario al respecto.
Ella no escribió la fecha prevista en su agenda.
Ella no hizo ningún anuncio público ni puso un anuncio en el periódico.
Ella no revisó el informe del tiempo o leyó su horóscopo.
Ella simplemente soltó.Ella no analizó si debía dejar ir.
No llamó a sus amigos para discutir el asunto.
Ella no hizo un tratamiento espiritual y mental de cinco etapas.
No llamó a la línea de oración.
Ella no pronunció una sola palabra.
Ella simplemente soltó.No había nadie alrededor cuando ocurrió.
No hubo aplausos o felicitaciones.
Nadie le dio las gracias ni la alabó.
Nadie se dio cuenta de nada.
Como una hoja que cae de un árbol, ella sólo soltó.
No hubo ningún esfuerzo.
No hubo lucha.No fue bueno ni malo.
Era lo que era, y es precisamente eso.
En el espacio de dejar ir, dejó que todo sea.
Una pequeña sonrisa apareció en su rostro.
Una ligera brisa sopló a través de ella.Y el sol y la luna brillaron eternamente.
Es mi deseo que cada una de esta hermosa comunidad Enraizada tenga el coraje para habitar el momento presente y descansar en lo que es.