¿Sentís que el perfeccionismo a veces te impide tomar acción? ¿Sentís que nunca es suficiente y que tenés que lograr aún más?
El perfeccionista interior es como esa vocecita que te convence de que ahora no es el momento, que no estás lista, que quién sos, no es lo suficientemente buena o que podrías hacerlo mejor. Esa vocecita que se convierte en una duda interna, quedándote atrapada en patrones de inacción o hundiéndote en el sentimiento de “no valer”, de no ser suficiente.
El perfeccionismo es una respuesta de supervivencia del sistema nervioso. Nos ayuda a protegernos de lo inesperado, de la incertidumbre y la crítica. La herida de la crítica en especial, es una de las más profundas porque todos queremos ser aceptados, reconocidos y amados.
Cuando fuiste muy criticada o exigida en la infancia, el perfeccionista interior surge como respuesta para no sentirnos mal o desilusionar al otro o sentir vergüenza. El famoso “cumplir con las expectativas” que tanto sufrimiento nos trae.
Conozco muy bien lo que se siente porque soy una “perfeccionista en recuperación.”🤗 Hoy puedo decir que me he amigado con mi perfeccionista interior y que cuando aparece, me doy cuenta y reconozco a la niña interna herida que necesita un abrazo tierno y cariñoso y que soy yo misma la que puede sostener a esa partecita de mí que quedó atrapada en viejos patrones y darme la autocompasión que necesito.
Hay un miedo interno que tiene que ver con el rechazo, de cómo deberíamos ser, y quizás por eso no podemos poner en palabras lo que realmente queremos o necesitamos porque buscamos complacer al otro para ser amadas y aceptadas.
De alguna manera, todas tenemos dentro al perfeccionista interior, la manera y la intensidad en la que aparezca es algo muy personal y creo que también está muy estimulado por la sociedad en la que vivimos que fomenta ese perfeccionismo.
Vivimos en una cultura obsesiva con el perfeccionismo, rechazando el desorden o lo disruptivo en vez de normalizar la experiencia humana que es imperfecta.
Entonces aquí la invitación es a entender cómo esta respuesta del sistema nervioso nos ha ayudado a sobrevivir.
Una pregunta que aprendí a hacerme es: ¿A qué le tengo tanto miedo?
Si podés determinar el miedo más profundo, vas a entender de qué te estás protegiendo y cuando podés verlo claramente, el miedo tiene menos control.
Es necesario aprender a aceptar la incomodidad de equivocarnos y que nuestro sistema nervioso se sienta seguro en la imperfección. Que no pasa nada, que equivocarnos es muy positivo para nuestro bienestar y crecimiento personal.
Cuando somos auténticas, nos damos la oportunidad de recibir lo que realmente deseamos. Si no decimos lo que pensamos realmente o no expresamos lo que sentimos, no dejamos que el otro nos ame tal cual somos, con nuestra complejidad.
Cuando te permitís mostrarte tal cual y el otro te rechaza, también debemos aprender a estar OK con no gustarle a “todo el mundo”. Tenemos que enseñarle al CUERPO a cómo sentirse seguro cuando no somos aceptadas.
Cuando alguien te dice “esto no me gusta de vos” y sentís esa contracción interna y te crees la historia que eso significa que no sos adecua y que porque esa persona te rechazó ya nadie te va a querer, está operando la niña interior herida que todavía vive en la versión adulta y que necesita mucha auto-compasión.
La clave está en abrazar la imperfección y pasar a la acción, aunque no te sientas 100% segura. Permitirte ser imperfecta confiando en que vas a ser aceptada por las personas que te quieran.
Aquí un lindo recordatorio: “No necesito a nadie más que a mí para aceptarme, amarme y ser suficiente.“
Si algo de esto resonó en tu cuerpo, dejáme tu comentario.🥰
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Hola Kari, cuan arraigado a mi niñez tengo el perfeccionismo, que por mas que me esforzara no conseguía ese amor que buscaba, de una madre sustituta ya que la mía estaba en el cielo. Ese abandono mas el de mi padre sanguíneo hizo que intentara ser lo mejor que pudiera ser pero nunca alcanzo. Ahora intento complacer a todos, a muchos aprendí a soltarlos, aunque queda ese vacío de no haberlo lograrlo, no haber llenado esas expectativas que me descubro eran del otro no mías. Hoy tengo TOCs, por esa ansiedad a mi propia perfección, a mi búsqueda de la aceptación del mundo, aun sabiendo que yo soy el mundo. Hay momentos donde se logra saberlo y sentirlo, aun tengo un largo camino.
Así es! un largo camino que no tiene destino final. Aprendiendo paso a paso! abrazo!
Me llegó mucho tu articulo… ¡¡¡resoné muchisimooo!! principalmente me pareció interesante esto de “enseñarle al cuerpo a cómo sentirse seguro cuando no somos aceptadas”… me parece fundamental!!!… Muchas gracias!!
Te quería pedir permiso para compartirlo con mis alumnas de un taller de arte que tengo, obviamente compartiendo, aclarando la fuente…
Me alegra mucho que el artpiculo resonara con vos! Claro, compartílo! Sigamos expandiendo consciencia y visibilizando estos temas con compromiso y amorosidad. Gracias!