Recientemente leí una historia cortita que me pareció super inspiradora para este momento del año y quiero compartírtela. 👇
Un leñador vivía cerca de un gran bosque.Trabajaba con su hacha a un ritmo inigualable, hasta que un día se dió cuenta de que había cortado menos árboles que el día anterior. La tendencia continuó: cada día tardaba más en cortar suficiente madera para alimentar a su familia.
Pronto se puso frenético. Trabajaba más horas, desde antes del amanecer hasta después del anochecer, pero no podía seguir el ritmo. Sólo cuando se detuvo a descansar se dió cuenta de que no había afilado su hacha en años. Una vez que bajó el ritmo y no hizo nada, pudo ver con más claridad lo que necesitaba. 🙈😁
¡Me encantó esta historia! Tan real, no? Seguro que como a mí, te podés sentir un poco en resonancia con el leñador. A veces de tan ocupados, nos quedamos atascados en ciertos problemas sin poder encontrarles una solución. Lo cierto es que la investigación señala que la mente necesita un tiempo de descanso, permitiendo que la mente se relaje y que el cerebro se ponga “en orden”.
Te propongo que la próxima vez que algo no te este saliendo como esperás, te tomes un tiempo de inactividad, sin ningún objetivo establecido. Paradójicamente, puede que encuentres nuevas posibilidades frente a un problema.💪
Poema: PERDIDO
“Detente.
Los árboles frente a ti y los arbustos a tu lado no están perdidos.
El lugar donde estás se llama Aquí.
Y debes tratarlo como a un poderoso desconocido,debes pedir permiso para conocerlo y ser conocido.
El bosque respira. Escucha.
Te responde,he creado este lugar a tu alrededor,si te vas, puedes regresar diciendo Aquí.
No hay dos árboles iguales para el cuervo.
No hay dos ramas iguales para el gorrión.
Si el valor de un árbol o un arbusto se pierde en ti,sin duda estás perdido.
Detente.
El bosque sabe dónde estás.
Déjale que te encuentre.
David R. Wagoner