La respiración es una función vital de nuestro cuerpo que nos permite mantenernos vivos. Lo más curioso es que pocas veces somos conscientes del poder que la respiración tiene en nuestros estados emocionales y muy poco sabemos de la importancia de la respiración y el nervio vago para nuestra salud emocional.
El nervio vago es uno de los doce pares de nervios craneales que conectan el cerebro con diferentes partes del cuerpo, incluyendo el corazón, los pulmones, el estómago y los intestinos. Además de su función en la regulación de las funciones corporales, el nervio vago también juega un papel importante en la regulación de nuestras emociones y la respuesta al estrés.
La teoría polivagal de Stephen Porges describe cómo el nervio vago y el sistema nervioso autónomo interactúan para influir en nuestra respuesta al estrés y nuestra capacidad para sentirnos seguros y conectados con los demás. Según esta teoría, nuestro sistema nervioso tiene tres estados: el estado ventral vagal o de seguridad, el estado simpático o de amenaza y el estado de inmovilización o dorsal vagal.
Cuando estamos en el estado de seguridad, nuestro cuerpo se siente relajado y conectado con los demás. En este estado, el nervio vago está activo y nos permite sentirnos tranquilos y seguros.
Cuando nuestro cuerpo percibe una amenaza, ya sea real o imaginaria, entramos en el estado de amenaza. En este estado, el nervio vago se desactiva o “pierde tono” y nuestro cuerpo se prepara para luchar o huir.
Si la amenaza persiste y no podemos luchar ni huir, nuestro cuerpo entra en el estado de inmovilización. En este estado, nos sentimos paralizados e indefensos, y nuestro cuerpo experimenta una serie de cambios fisiológicos.
La buena noticia es que podemos entrenar nuestro sistema nervioso para mejorar nuestra capacidad de volver al estado de seguridad y recuperarnos del estrés con más facilidad.
Cuando respiramos profundamente y conscientemente, activamos el nervio vago y enviamos señales al cerebro de que estamos en un estado de seguridad. Esto puede reducir la frecuencia cardíaca, disminuir la presión arterial y reducir la producción de cortisol(la hormona del estrés).
La respiración consciente es un recurso rápido al que podemos recurrir frente a situaciones desafiantes y puede ser nuestra gran aliada si lo tomamos como hábito.
Para que empieces hoy mismo a incorporar la respiración en tu rutina diaria, te dejo dos meditaciones de respiración consciente.
Hola Kari, como estas?
Muy bueno, ui voz me da tanta paz
aquí mejorando, lento pero sostenido! poniendo en práctica todo lo que enseño. beso grande!
Hola Kari.
No recibí tu mail anterior. Le pedí a Ro que me lo envíe.
Me gustó lo que escribiste sobre ser “una perfeccionista en recuperación”.
Espero que ya estés recuperada.
Te abrazo fuerte y te agradezco profundamente todo lo que nos enseñaste.
Continúo con las meditaciones diarias.
Beso gigante!
Hola Clau, muchas gracias por escribir! me alegra tanto saber que sostenés la práctica. un abrazo gigante, querida alumna!